Inmobiliariamente, en Barcelona, ha sido un año bastante movido.
Grandes cambios en los inmuebles de alquiler; es decir, subida importante y general de los precios de las viviendas, con escaso numero de oferta y una demanda que sobrepasa con creces la disponibilidad existente. Los inquilinos de las viviendas no buscan nuevas oportunidades, en la mayoría de ocasiones, a la finalización del contrato de alquiler renuevan el compromiso, con la oportuna subida de precios. Menos movimiento, menos oferta.
En la venta de las viviendas, desde grandes fondos hasta el pequeño inversor, se han lanzado a la compra de vivienda para destinarla a alquiler, o para rehabilitarla y volverla a vender. El destinatario final (familia tipo) ha comprado poco, no porque no haya querido, sino porque para comprar, se tiene que tener un capital del 30% del inmueble; y debido a la lenta recuperación económica, este ahorro todavía es difícil de alcanzar. No obstante la subida de precios no ha sido tan drástica como en alquiler.
Bueno, esperamos un 2017, parecido a este último año, aunque se espera alcanzar en breve el techo en los precios de alquiler y que la subida de precios de las viviendas en venta sea simplemente suave.
Felices fiestas y salud para todos.